“Para conseguir el éxito en cualquier empresa son necesarios tres factores: la creatividad, la constancia y el conocimiento.”

Escribe Homero en su Iliada que el héroe Aquiles era prácticamente invencible, desde que al nacer su madre lo baño en las aguas del río Estigia. Sin embargo poseía un punto vulnerable que hacía posible su desaparición. Al sumergirlo en la corriente, su progenitora lo sostuvo por el talón derecho, convirtiéndose ese lugar en la única parte de su cuerpo en la cual podía ser herido. De esta forma, durante el asedio de Troya, Paris mató a Aquiles clavándole una flecha envenenada en el talón.

Según García Ordoñez, de la Universidad de Cádiz, el 80% de las empresas quiebran en los primeros cinco años de vida. Un estudio de la Caixa (2003) nos habla de la elevada mortalidad de las empresas de nueva creación, en el documento aparece el dato de que más del 70% de los negocios no llega a los 4 años de vida.

1307514759_806676_1307531916_noticia_normal¿Cuál es el talón de Aquiles de estas empresas?

Paseo por cualquier ciudad observando negocios que acaban de nacer y veo con sorpresa que meses después ya no están, han cerrado sus puertas haciendo perder tiempo, dinero e ilusión a sus emprendedores.

En función de la experiencia y de los estudios consultados destacaría varios factores que se han convertido en un verdadero talón de Aquiles de estos nuevos negocios.

  1. No hay una orientación de estas pymes hacia el Cliente.

A pesar de que los Clientes son lo único imprescindible para que una empresa sobreviva no hay un claro enfoque hacia ellos. Además existe un total desconocimiento de todas las herramientas que el Marketing nos puede proporcionar y de su importancia vital en cualquier negocio. Entre otras cosas porque esto no nos lo pide hacienda.

Hacemos lo mismo que hacen los demás por lo tanto nada nos diferencia del resto, entonces… ¿Por qué van a venir los clientes a nuestra empresa?

Volviendo a los sabios consejos de Peter Drucker, gran guru de la gestión de empresas y a modo de resumen de este primer problema: “En una empresa sólo hay dos funciones básicas, sólo dos, el Marketing y la Innovación.”

  1. Ser un emprendedor pero no un gestor de empresas.

Falta de conocimientos básicos de gestión de empresas, múltiples deficiencias en la gestión económico – financiera lo que nos lleva a cometer errores fundamentales.

En ocasiones muchos de estos emprendedores, que son muy buenos en su trabajo, no son capaces de gestionar adecuadamente el negocio cuando alcanza un volumen determinado. Debido, entre otras, a la falta de formación básica y a su aversión a los “papeles” dejando todo en manos de un gestor externo. A pesar de que como veremos en el siguiente punto es esencial rodearse de los profesionales adecuados, el emprendedor debe conocer todos los datos importantes de su empresa y la incidencia que tienen sus decisiones en estos datos.

  1. No saber rodearse de los profesionales adecuados.

Relacionado con el problema anterior, en ocasiones, no son conscientes de sus limitaciones por lo que no son capaces de rodearse de la gente adecuada. Ya sea integrada en la plantilla de la empresa o utilizando los servicios de colaboradores externos.

Alguien dijo que una persona realmente inteligente es la que sabe rodearse de gente más inteligente que ella.

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  1. No existe una planificación estratégica.

Se vive al día sin mirar más allá de mañana, pensando que las cosas siempre irán bien. No existen objetivos a alcanzar ni planes alternativos. En la actual coyuntura económica, estamos en un momento crucial en el que muchas empresas sufrirán esta falta de previsión

Dicen que Amancio Ortega, Presidente de Inditex, a cada directivo nuevo que entra en la empresa les dice las siguientes palabras: “No me digas como ganar dinero hoy, dime como lo ganaremos dentro de cinco años”.

  1. Desconocimiento del sector

A veces guiados por la intuición nos adentramos en sectores de actividad que se desconocen o que son poco atractivos. Nos falta información y experiencia lo que conlleva no tomar las decisiones adecuadas.

De forma equivocada, pensamos que todo es más fácil de lo que parece y que ya aprenderemos. Debemos aprender lo máximo posible antes de montar el negocio, cuando la maquinaria ya esta en marcha todo es más complicado.

  1. Problemas con los socios.

Muchas de estas empresas llegan a su final debido a las malas relaciones entre sus socios. El problema se origina debido principalmente a que no se han dejado las cosas claras desde el principio y no se ha definido el papel que juega cada socio en el negocio. Todo esto acaba desembocando en una falta de confianza y comunicación entre los socios. Además todo ello se agrava cuando entran en el juego terceras personas, me estoy refiriendo a la mujer o el marido de alguno de los miembros de la sociedad.

Fernando Trias de Bes habla en su libro, la caja negra del emprendedor del error de D’Artagnan: “Todos somos iguales, todos para uno y uno para todos. Pues no. Si usted es emprendedor, es que cree en las reglas del libre mercado y en la competencia. Por lo tanto, no diseñe un sistema comunista en el marco de un sistema de libre mercado donde lo que se prima es el esfuerzo individual. […]

  1. El enemigo eres tu mismo.

Debemos ser conscientes de nuestras debilidades y fortalezas. Para mejorar las primeras y aprovecharnos de las segundas. Ser conscientes de lo que supone tener un negocio propio y estar preparado para cuando lleguen los inconvenientes.

Es fundamental disfrutar con nuestro trabajo y tener una motivación que nos lleve a mejorar continuamente. Para ello tenemos que trabajar nuestras habilidades directivas y sociales: comunicación, gestión del tiempo, motivación, delegación, stress…

Será bueno hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo va a afectar el nuevo negocio a nuestro equilibrio vital?

Sergio Bernués Coré

www.sergiobernues.com

@sbernues