Tras la buena acogida de la digitalización durante los meses de pandemia, ahora la principal misión de las empresas así como de los emprendedores es crear redes y entornos digitales seguros. Da igual si se trata de pymes o grandes empresas, organizaciones públicas o privadas, el sector, … ante la ciberdelincuencia todos corren el mismo riesgo. La clave es la simplificación mediante la consolidación y la automatización.

A día de hoy, todos los negocios corren dos riesgos principales: la competencia y la ciberseguridad, pudiendo ir muchas veces estas dos últimas de la mano. Aquellos que se adaptan y abrazan la digitalización se abren paso con una gran ventaja competitiva pero corren el riesgo de enfermar y ser destruidos por algún ataque cibernético si no se protegen de forma adecuada. La detección a tiempo así como la construcción de una red de seguridad integrada con la mayor consolidación de proveedores posible es la solución.

La relación de confianza entre el usuario y nuestro negocio es crucial. Aquí se buscan los mecanismos para verificar cada usuario, dispositivo, conexión y la visibilidad de los distintos flujos de tráfico.

Ante el manejo en línea, con tantos datos relevantes, existe una gran necesidad de adoptar la privacidad. Las consecuencias de exponer datos privados son mayores que nunca, por eso es muy importante tener un marco adecuado, regulaciones y controles de seguridad para garantizar que los datos confidenciales no se vean comprometidos.